jueves, 28 de mayo de 2009

El padre Alberto Cutié cambia la Iglesia romana por la episcopal

Los acontecimientos se han precipitado. Cisma católico. La publicación de la segunda batería de fotos del padre Alberto Cutié con su amante obligó al sacerdote estrella de los medios de comunicación a salir de su retiro y a desvelar su futuro.
Al día siguiente de estallar el nuevo escándalo se apresuró a ofrecer una conferencia de prensa en la que anunció su marcha de la Iglesia católica apostólica y romana para pasarse a la episcopal, mucho más abierta, y en la que podría casarse. No podrá celebrar la eucaristía aún, pero sí predicar y ejercer otras funciones.

Su primera aparición está prevista ya para el domingo en la Trinity Church en medio de gran expectación La Iglesia que deja, en plena crisis económica, reaccionó con gran indignación atacando al sacerdote por sus actos y al obispo Leo Frade, máxima jerarquía episcopal por la forma en que ha llevado el asunto.

Acompañado por su pareja, Ruhama Canellis, el padre Cutié leyó un comunicado en el que explicó sus motivos. Empezó con una referencia bíblica, del libro de los Salmos: "Muéstrame tus caminos Señor, enséñame tus sendas". Son palabras, dijo, que le "han acompañado mucho tiempo".

Reiteró su deseo de seguir siendo sacerdote y de servir a Dios, pero enseguida confirmó lo que ya se conocía, su cambio de bando: "Les quiero asegurar que esta lucha no comenzó hace unas pocas semanas atrás. Durante mucho tiempo he luchado, he buscado en el interior de mi corazón y mi alma, la guía de Dios en todo lo que afecta a mi vida. He hablado con amigos dentro y fuera de la Iglesia Episcopal sobre su servicio a Dios y sobre las similitudes que existen en todas las ramas del cristianismo, incluyendo aquellas que profesan la fe católica y apostólica. He visto con mis propios ojos cuántos hermanos míos sirven a Dios como hombres casados y con la bendición de tener sus propias familias. También debo reconocer que he luchado espiritualmente e ideológicamente cuando veo que ciertos miembros del pueblo de Dios se sienten excluidos de poder vivir una vida sacramental plena".

A continuación , señaló que seguirá amando siempre a la Iglesia Católica Apostólica y Romana y a todos sus miembros, y que su lucha personal "no debe, en manera alguna, manchar el compromiso de tantos hermanos sacerdotes que viven a plenitud su compromiso célibe y son fieles a esa promesa".

Y añadió: "Hoy he decidido unirme a una nueva familia espiritual dentro de la gran sombrilla del cristianismo, pero nunca abandonaré mi servicio a Dios", y defendió que siempre ha tratado en su trabajo en los medios de comunicación promover la unidad entre todos los creyentes.
Alguien al escucharle ya le trató con dureza. "Recuerda la sombrilla tras su desafortunada acción en la playa y ya se está promoviendo para seguir de estrella en radio y televisión. Pero se ha metido en tremendo lío y no se puede quejar de que le critiquen".

Porque el padre Alberto terminó su homilía seglar pidiendo tregua: "En estos momentos les pido a todos que por favor, por favor (repitió) respeten mi privacidad y la de todos mis seres queridos. En los últimos días se han propagado tantas mentiras, sugerencias malignas, rumores e incluso acciones muy lastimosas por parte de quienes buscan sacar dinero y quieren aprovecharse para lucrar en esta etapa de transición en mi vida. Respetuosamente les pido a todos que por favor paren ya, ya es suficiente. Al comenzar esta nueva etapa en nuestras vidas, les pido que nos traten con la consideración y el respeto que merece todo ser humano".

Dura reacción
La Archidiócesis de Miami, sin embargo, que se había mantenido en silencio hasta ahora, reaccionó tras la decisión del padre Alberto con una dureza inusitada . El arzobispo John C. Favalora dijo mostrarse "decepcionado", pues no había sabido nada de sus intenciones hasta el anuncio y le consideró ya separado de la Iglesia Católica Romana "al profesar fe y moral erróneas".

Y siguió: "El padre Cutié aún se encuentra obligado por su promesa a vivir una vida célibe, la cual él asumió con absoluta libertad en su ordenación. Sólo el Santo Padre puede dispensarle de dicha obligación". Incluso dijo: "La Iglesia Católica nunca abandonará a sus fieles como ha hecho el padre Cutié. Sus acciones no pueden ser justificadas con sus buenas obras. Han causado gran escándalo dentro de la Iglesia Católica, han hecho daño a la Archidiócesis de Miami, especialmente a nuestros sacerdotes y han creado una división entre la comunidad ecuménica y en general". También criticó al obispo episcopal del sur de la Florida, Leo Frade, que ha comparecido varias veces, sin problemas, sonriente, como encantado del próximo cambio eclesial, y declarando que el padre Alberto llevaba año y medio de "negociaciones" con su Iglesia episcopal.

El sacerdote no admitió preguntas en la comparecencia, por orden de la jerarquía episcopal. Entre oraciones y sonrisas generales al final, la imagen pareció la de un fichaje estrella por un equipo religioso. Bien distinta a la seriedad de la tribuna católica apostólica romana. En el sur de la Florida había ya otros cinco casos de sacerdotes que han cambiado de equipo, pero ninguno era "galáctico".

Tras esta salida a la crisis, se ha abierto un nuevo frente de polémica en Miami aparte del ya habitual sobre el celibato. ¿Cuánto daño le hace esta decisión a la Iglesia Católica Romana? ¿cuántos fieles seguirán la senda del padre Alberto? En una primera encuesta en una cadena de televisión, sólo un 10% afirmó que se cambiaría, un 30% lo seguiría a la confesión episcopal, y un 60% considera lo sucedido como una traición.

Publicado en elpais.com

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