miércoles, 24 de junio de 2009

El molestoso herpes labial

El herpes labial es una enfermedad sumamente común, molesta y dolorosa que pude llegar a afectar a más del ochenta por ciento de la población en un momento u otro de sus vidas.

Los primeros síntomas del herpes labial son un ligero hinchazón en algún punto de los labios, o de las zonas que rodean la boca, picor, y quemazón. Seguidamente, al cabo de un día aproximadamente, se formarán las típicas ampollas, pequeñas y dolorosas.

Estas vesículas permanecerán formando diminutos racimos durante unos cuantos días. Después irán “secándose” poco a poco hasta romperse y desprenderse, dejando tras ellas pequeñas ulceraciones que acabarán cicatrizando sin problemas hasta desaparecer completamente en unos días. Todo el proceso, incluso sin la intervención de fármacos, habitualmente no se prolonga más allá de una semana o diez días.

Estas ampollas, al igual que las ulceraciones posteriores, resultan dolorosas y notablemente molestas en las acciones más cotidianas como hablar, comer, reírnos, etc., pudiendo llegar a sangrar con mucha frecuencia.

El herpes labial no es una infección que afecte más a un sexo que al otro, de hecho la proporción entre hombre y mujeres es prácticamente la misma: la casi totalidad. Tampoco hay márgenes de edad definidos, aunque parece ser más frecuente en adultos jóvenes. De hecho la frecuencia de los casos va disminuyendo con la edad.

En situaciones especiales la infección puede ser más severa, por ejemplo si existen problemas con el sistema inmunitario. En estos casos es posible que aparezca fiebre, sensación de fatiga, e incluso dolores musculares.Aunque se cure el herpes, la enfermedad no desaparece y se vuelve a manifestar cuando nos bajan las defensas.

Atención con el estrés, que también baja las defensas y por lo tanto te hace más susceptible al herpes.

La exposición continuada al viento y al sol tampoco nos hará ningún bien. Si además compartimos objetos como los cubiertos y demás, podemos contagiar a las personas de nuestro entorno, así que ten cuidado con esto.

El cepillo de dientes cámbialo cuando se te cure, porque también puede albergar la enfermedad y hacerte que se te vuelva a manifestar.

Teniendo en cuenta que no podremos eliminar la presencia del virus del herpes, los tratamientos se orientan a paliar los síntomas de la infección.

Entre los remedios contra el herpes son comunes algunos agentes antivirales como por ejemplo el aciclovir o valaclycovir en forma de pomada que se aplica sobre la zona afectada. Cuanto antes empecemos el tratamiento, menor será su extensión y antes conseguiremos atajarlo.

El herpes labial resulta muy contagioso cuando las ampollas se encuentran presentes, así que habría que tener especial cuidado hasta que no desaparezcan completamente los síntomas.
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