miércoles, 8 de julio de 2009

Madres con hijas adolescentes (Segunda parte)

Sabemos que muchas mujeres están esperando esta segunda parte de Madres con hijas adolescentes por lo compleja que es la relación entre ellas.

Y es que en muchos casos es una relación difícil, sin embargo algunas madres han podido convertirse en las mejores amigas de sus hijas adolescentes, aunque parezca difícil. Para esto es importante entender a las niñas.

Aquí te dejamos diez pasos para que a tu hija y a ti se les haga mas llevadera esta etapa:
Infórmese Lea libros sobre la adolescencia. Piense en su adolescencia. Prepárese para los altibajos en el estado de ánimo de su niña, recuerde que cuanto más sepa usted sobre la adolescencia, mejor podrá preparar a su hija.

Hable con su hija antes de que sea tarde Hablar con una chica sobre las poluciones nocturnas o sobre la menstruación. Responda a las primeras preguntas que le formule su hija sobre el cuerpo, como las diferencias entre chicos y chicas o de dónde vienen los niños. Pero no le sature con excesiva información -limítese a responder a sus preguntas.

La revisión médica anual puede ser una gran oportunidad para sacar a colación estos temas. El pediatra puede explicarles, a su hija preadolescente y a usted, qué cambios pueden esperar en los próximos años. Así evita que su hija se forme ideas equivocadas, y sienta vergüenza o temor ante los cambios corporales y emocionales que irá experimentando.

Comparta con su hija los recuerdos de su propia adolescencia. Para tranquilizar a los hijos, no hay nada como saber que mamá o papá también han pasado por eso.

Practique la empatía con su hija. Ayúdela a entender que es completamente normal, que esté un poco preocupada o que experimente un grado de timidez hasta ahora desconocido. Dígale que es normal que a veces se sienta "mayor" y otras como si todavía fuera una niña.

Escoja sus batallas Si su hija adolescente quiere teñirse el pelo, pintarse de negro las uñas de los pies o vestir de forma estrafalaria, tal vez merezca la pena que usted se lo piense dos veces antes de objetar.

A los adolescentes les gusta sorprender a sus padres, y es mucho mejor dejarles que lo hagan con cosas que son inofensivas y temporales. Guárdese las objeciones para las cosas que importan de verdad, como las drogas y el alcohol.

No baje sus expectativas Es esperable que a una adolescente le desagraden las expectativas que sus padres tienen sobre él. De todos modos, los adolescentes suelen entender y necesitan saber que sus padres se preocupan lo suficiente por ellos como para esperar determinadas cosas de ellos.

Rendir en los estudios, comportarse correctamente y respetar las normas de la casa son buenos puntos de referencia. Si los padres tienen expectativas realistas, es más probable que los adolescentes intenten estar a la altura de las mismas.

Informe a su hijo y manténgase informado La adolescencia suele ser una etapa de experimentación y a veces esa experimentación incluye comportamientos arriesgados. No eluda los temas relacionados con el sexo, las drogas, el alcohol y el tabaco.

Si conversa con su hija abiertamente sobre estos temas antes de que se exponga a situaciones problemáticas, habrá más probabilidades de que su hija actúe de forma responsable cuando llegue el momento.Conozca a los amigos de su hija y a los padres de sus amigos.
Sepa identificar las señales de alarma Que una chica experimente cierta cantidad de cambios es algo normal durante la adolescencia, pero un cambio demasiado drástico o duradero en la personalidad o comportamiento de ella puede indicar que existe un problema real que requiere ayuda profesional.

Esté atento a si su hija presenta una a varias de las siguientes señales de alarma:

- Aumento o pérdida extrema de peso
- Problemas de sueño
- Cambios rápidos y drásticos en su personalidad
- Cambio repentino de amigos
- Faltar a clase continuamente
- Sacar peores notas
- Hablar o, incluso, bromear sobre el suicidio
- Indicios de que fuma, bebe alcohol o consume drogas
- Problemas con la ley
- Cualquier otro comportamiento inadecuado que dure más de 6 semanas también puede ser un indicador de algún problema subyacente.

Durante esta etapa, usted puede esperar que su hija tenga algún que otro tropiezo en los estudios o en su comportamiento en general, pero una niña de notables y sobresaliente no debería empezar a suspender, ni otra que normalmente es extrovertida aislarse de todo el mundo. En tal caso, el pediatra de su hija, o bien un psicólogo o psiquiatra, podrían orientarle sobre dónde encontrar ayuda profesional adecuada para ella.

Respete la intimidad de su hija Para algunos padres, comprensiblemente, respetar la intimidad de su hija es algo que les cuesta muchísimo. Creen que todo lo que hacen sus hijas es asunto suyo. Pero, si quiere ayudar a su hija hacerse adulto, deberá respetar su intimidad.

Si usted detecta alguna señal de alarma que sugiere que su hija puede tener problemas, tal vez no tenga más remedio que invadir su intimidad hasta llegar al fondo del problema. Pero, en caso contrario, debería mantenerse al margen.

En otras palabras, el dormitorio de una adolescente y sus llamadas telefónicas deben ser algo privado. Tampoco debe esperar que su hija comparta con usted todas sus ideas o actividades.

Por supuesto, por motivos de seguridad, usted debe saber siempre dónde está, qué está haciendo y con quién está su hija, pero no necesita conocer todos los detalles.

Supervise lo que ve y lo que lee su hija Programas de TV, revistas, libros, Internet -las de hoy en día pueden acceder a un montón de información. Averigüe qué aprende su hijo de los medios de comunicación y con quién se comunica a través de Internet.

Establezca normas apropiadas La hora a la que su hija debe acostarse ha de ser la adecuada para su edad, como cuando era un bebé. Recompense a su hija por ser una persona digna de confianza. ¿Respeta la hora a la que debe llegar a casa por las noches? En tal caso, déjele volver media hora más tarde.

¿Deben acompañar siempre a la familia en sus actividades y visitas?Usted debe decidir cuáles son sus expectativas y no sentirse ofendido cuando su hijo deje de querer salir tanto con usted como antes. Piense en su propia adolescencia y acuérdese de que probablemente usted sintió lo mismo con respecto a sus padres hace ahora bastantes años.

¿Se acabará alguna vez?A medida que vaya pasando el tiempo y su hijo se vaya aproximando al final de la adolescencia, usted notará cómo disminuyen los altibajos propios de esta etapa. Y, al final, tendrá un hijo independiente, responsable y comunicativo. O sea que recuerde el lema de los padres que tienen hijos en edad adolescente: ¡Estamos pasando por esto todos juntos y lo superaremos -juntos!

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